La sabiduría de la naturaleza como una fuente  clave en la búsqueda del bienestar

Todo en la naturaleza tiene sus propios ritmos, energías de la manifestación de creación. Generalmente son cíclicas, partiendo desde nuestro planeta Tierra, que gira sobre sí mismo, regalándonos el día y la noche, y que además recibe las influencias gravitatorias de la luna. Por otro lado, nuestra madre Tierra también gira alrededor del sol, manifestando las estaciones del año, que van cambiando a medida que transitamos por su órbita.

Los seres humanos también manifestamos esta naturaleza rítmina, especialmente las mujeres, desde tiempos antiguos relacionadas con la energía lunar y sus ciclos. El hombre en cambio, se suele asociar con la energía solar, más estable, aunque no por eso inmune a la influencia de la luna.

El día y la noche, las fases de la luna y las estaciones del año son procesos cíclicos, cada uno a su ritmo. Estos ciclos influyen y modifican el mundo vegetal, animal y humano. Los animales viajan o migran en ciertos periodos y se aparean en otros. Las plantas nacen, florecen y mueren en distintas fases y eso corresponde a su naturaleza. Sin embargo, pareciera que nosotros como seres humanos nos creemos por sobre la ciclicidad que envuelve a todo lo que nos rodea.

Esto tiene implicancias prácticas. En el Ayurveda se nos habla sobre la importancia de respetar los ritmos cíclicos de la naturaleza a la hora de comer, entendiendo que cada hora del día y cada estación del año está cargada de cierta energía (doshas) y por ende debemos equilibrarlas mediante la comida. Hace sentido comer, por ejemplo, frutas y verduras de la temporada, ojalá producidos localmente.

Por otro lado tenemos los cuatro elementos: Fuego, Tierra, Aire y Agua. Los cuatro presentes en la naturaleza y los cuatro presentes en todo lo que nos rodea. En nosotros mismos y en nuestra propia personalidad se manifiestan estos cuatro elementos, dotandonos de ciertas herramientas y energías para poder desenvolvernos en este mundo:

  • FUEGO: Representa nuestra capacidad de movernos y emprender nuevos rumbos. Se asocia a personas líderes, espontáneas e impulsivas, aplican su energía con todo su corazón. Su respuesta emocional es rápida y tienen imaginación vivaz
  • TIERRA: Representa nuestra capacidad de estabilidad y seguridad, de sentirnos enraizados. Se asocia a personas que reaccionan lenta y tranquilamente, su dedicación es constante y perseverante. Buscan la estabilidad y solidez en todo
  • AIRE: Representa nuestra capacidad de pensar y razonar. Nuestro mundo intelectual, nuestras propias ideas. Se asocia a personas rápidas y animadas, aplican su energía de forma muy diversa. Tienden a intelectualizar sus sentimientos y expectativas
  • AGUA: Representa nuestra capacidad de fluir y de mutar. Se asocia a personas sensibles y muy perceptivas. Con vida interior activa y alto nivel de empatía. Sus vidas imaginativas y emocionales son muy ricas y profundas

La naturaleza funciona de manera perfecta. Y de esta manera poder aprender muchísimo sobre cómo llevar nuestra vida. Hoy en día queremos que todo sea inmediato y a nuestra pinta. Sin embargo los ciclos naturales nos recuerdan que esto no siempre es así. Que las cosas toman su tiempo, que los procesos tienen sus altos y bajos, sus luces y sombras. Es necesario ser capaces de observarnos y conectarnos un poco más con nuestra verdadera naturaleza.

Es de esta forma que podemos ir avanzando a vivir una vida más equilibrada y en armonía. Conscientes de nuestras propias necesidades y también confiados en que nuestra vida también es perfecta. Soltando el control y entregando nuestro camino a una fuerza superior. Tal y como la naturaleza funciona de manera perfecta cuando no intentamos controlarla. 

22 abril 2022 — Casa Siete

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